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Autoconfianza, perseverancia, curiosidad: El verano como entrenamiento para la vida.

Imagina que unas vacaciones se arruinan justo al principio. ¿Cómo reaccionas? Respiro hondo y busco nuevas oportunidades.
Primero voy a desahogarme, luego lo dejaré fluir.
Estoy tratando de encontrar a alguien que lo resuelva.
Me encierro en mí mismo y espero a que pase la tormenta.
Lo tomo como un desafío que hay que superar.

En la arena encontrarás un viejo diario. ¿Qué harás? Lo abriré y empezaré a leer de inmediato.
Consideraré si debería devolverlo al propietario.
Me pregunto quién lo dejó allí - y por qué.
Lo dejaré así, no es mi asunto.
Lo llevaré a casa como inspiración para mi propia escritura.

Durante la actividad de verano, los demás deciden ir en otra dirección a la que tú quisieras. Me adaptaré, no será el fin del mundo.
Propongo un compromiso que podría satisfacer a todos.
Cederé, pero en mi interior lo recordaré.
Insisto en lo mío y trato de convencer al grupo.
Me separaré – seguiré mi propio camino.

Tendrás la oportunidad de aprender algo completamente nuevo durante las vacaciones. Voy a por ello – sin pensar.
Primero estoy averiguando en qué consiste.
Estoy pensando si eso me traerá algo en el futuro.
Me interesa, pero dudo si tengo lo necesario para ello.
Prefiero quedarme con lo que me es conocido.

Olvidaste algo importante para el viaje y estás lejos de casa. Empezaré a buscar una solución en los alrededores.
Llamaré a alguien que podría ayudar.
Voy a omitir la actividad y ajustaré el plan.
Empezaré a pensar en cómo pudo suceder.
Diré: lo que tenga que ser, será.

Te encontrarás con alguien que tiene una perspectiva de vida completamente diferente. Pregunto y escucho – me fascina.
Polemicé, pero con interés.
Más bien mantengo cierta distancia; no me resulta cercano.
Estoy buscando lugares comunes donde podamos encontrarnos.
Empezaré a comparar su vida con la mía.

Te enfrentas a una actividad físicamente exigente que has elegido tú mismo. Lo terminaré, aunque tenga que escalar.
Miro cómo están los demás y ajusto el ritmo.
Reevaluaré si vale la pena.
Buscaré apoyo y ánimo.
Me concentraré en cada pequeño paso.

Recibirás un elogio inesperado por algo que hiciste casi de manera accidental. Me sorprenderá, pero me alegrará.
Lo haré más fácil: no fue nada grande.
Me diré a mí mismo: tal vez en algo sea bueno.
Empezaré a pensar en lo que la gente realmente piensa de mí.
Lo acepto con gratitud y sigo adelante.

Durante la fogata de la noche, comienza una conversación profunda sobre temas personales. Me escucho, pero prefiero mantenerme en silencio.
Compartiré si me siento seguro.
Voy a redirigir la conversación hacia algo neutral.
Hablo abiertamente de mí mismo - me encantan esos momentos.
Analizo lo que dicen los demás y lo que eso revela sobre ellos.

El período de verano está terminando y ustedes están haciendo un balance. Busco lo que me ha traído nuevo conocimiento.
Recuerdo momentos que me sorprendieron.
Estoy considerando qué podría hacer diferente la próxima vez.
Siento tristeza de que haya pasado tan rápido.
Estoy haciendo una lista de lo que he logrado y lo que me espera.