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Caminar como el hábito más simple para la salud.
Imagina que estás caminando solo/a por un camino forestal que nunca has visto antes. ¿Qué piensas?
„Me interesa a dónde lleva.“
"Prefiero los caminos que conozco."
„Espero que no me pierda.“
„Me siento libre y liberado/a.“
"Me gustaría conocer a alguien."
Delante de ti hay una larga caminata - no es obligatoria, pero puede traerte algo. ¿Qué decides?
Voy, aunque no sé qué saldrá de eso.
Prefiero quedarme donde estoy.
Consideraré si tengo suficiente energía y tiempo.
Necesito saber primero qué exactamente me dará eso.
Voy, pero solo si alguien va conmigo.
¿Cómo describirías tu relación con el movimiento?
Como un baile - intuitivo y libre.
Como una obligación que hay que cumplir.
Como un camino hacia la paz.
Como herramienta de control y disciplina.
Como un espejo de cómo me siento por dentro.
Te encontrarás en un paseo con una persona extraña que te ofrece un espejo sin palabras. ¿Qué harás?
Miro y sonrío.
Me inquieta - no sé a qué se refiere con eso.
Devuélvemelo – no me interesa.
Le preguntaré por qué me lo da.
Lo guardaré – quizás lo entienda más tarde.
Tus pasos se están ralentizando. ¿Qué te lleva hacia adelante?
Curiosidad - quiero saber qué hay detrás de la esquina.
Responsabilidad - ya he decidido ir.
El deseo de superar algo en uno mismo.
Costumbre – así camino todos los días.
La sensación de que alguien te está observando o esperando.
Si tu caminar tuviera sonido, ¿cómo sería?
Susurro silencioso en la hierba.
Golpete regular en la piedra.
Zapatos caóticos y giros.
Batería rítmica - como una marcha.
Silencio ocasional y luego de nuevo paso.
¿Qué harías si te perderías en un paseo?
Me gustaría disfrutar de un viaje no planificado.
Comenzaría a buscar marcas y orientación.
Entraría en pánico, quiero volver.
Llamaría a alguien para pedir ayuda.
Me sentaría y esperaría a que algo me llame la atención.
¿Con qué frecuencia te das cuenta conscientemente de tu propio ritmo?
Siempre – es un ritmo importante para mí.
Rara vez – voy como va el día.
Solo cuando algo no encaja: dolor, cansancio.
Cuando estoy con alguien, me adapto.
Casi nunca - mi cuerpo va solo.
Caminar por terreno llano, cuesta arriba, cuesta abajo - ¿dónde te sientes más tú mismo?
En la recta – la estabilidad me da confianza.
Cuesta arriba – me gustan los desafíos.
Desde la colina – me encanta la ligereza y la velocidad.
En el bosque – cuando no me preocupo por las alturas, sino por los olores y los sonidos.
En ninguna parte en concreto, depende de mi interior.
Si tuvieras que clasificar la caminata entre los valores de la vida, ¿dónde encajaría?
A la libertad y a la independencia.
A la disciplina y a la rutina diaria.
A el cuidado del cuerpo y de la mente.
A la escapada y al descanso.
A la conexión con la naturaleza y contigo mismo.
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