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Cambia a modo de verano, incluso si aún no tienes vacaciones.

Cambia a modo de verano, incluso si aún no tienes vacaciones.

¡Cambia al modo de verano! Cada uno de nosotros tiene fortalezas únicas y habilidades ocultas que esperan ser descubiertas. Es hora de aprovecharlas y disfrutar del verano al máximo, incluso si aún no tenemos vacaciones.

Este módulo te enseñará cómo activar tus recursos internos y transformar los momentos cotidianos en experiencias alegres. Descubrirás consejos y técnicas prácticas para disfrutar del verano incluso en los días normales.

Encuentra tus pasiones – descubre lo que realmente te gusta y lo que te da energía.
Crea un plan de verano – aprende a planificar actividades que te traigan alegría y frescura.
Despierta tu creatividad – descubre maneras de ser creativo en tus actividades diarias.
Fortalece tus relaciones – enfócate en construir relaciones más sólidas con tu familia y amigos.
Disfruta del momento presente – aprende técnicas de mindfulness que te ayudarán a vivir el presente al máximo.

Conclusión: ¡No pierdas la oportunidad de cambiar! Prueba este módulo y descubre cómo puedes vivir el verano al máximo, incluso sin vacaciones.

Imagina que está lloviendo y tenías planeado un día junto al agua. ¿Cómo reaccionas? Imaginaré un plan completamente nuevo en cuanto sienta las primeras gotas.
Me quedaré junto al agua – la lluvia tiene su encanto.
Me siento debajo del refugio y observo lo que hacen los demás.
Tomaré un libro y dejaré que la lluvia fluya.
Consideraré si tiene sentido resolver algo ese día.

En la mesa tienes 5 objetos: gafas, bufanda, cuchillo, vela, piedrecita. ¿Cuál te llevarías contigo en un viaje espontáneo? Gafas - quiero tener una visión clara.
Bufanda - me viene bien, aunque no lo espere.
Cuchillo – es mejor estar preparado.
Vela - tal vez alguien la necesite.
Piedra - para la suerte o simplemente así.

Por la mañana te despiertas con la sensación de que todo es posible. ¿Qué harás primero? Voy a escribir lo que quiero probar.
Abro la ventana y respiro hondo.
Llamo a alguien que siempre me anima.
Me quedaré un rato más en la cama y percibo ese sentimiento.
Empiezo directamente, aunque no sé con qué.

Tendrás un día libre. Sin restricciones. ¿Qué harás con él? Voy a planear una escapada corta fuera de la ciudad.
Apagaré el teléfono y dejaré que el día transcurra.
Me dedico a algo que estoy posponiendo.
Pasaré el tiempo con alguien que me es cercano.
Descubriré algo que nunca he probado.

Imagina que te invitan a un evento informal de verano con gente desconocida. Voy – quizás algo me sorprenda.
Dudo, pero la curiosidad ganará.
Estoy buscando una excusa, pero no porque no quiera.
Voy, pero primero averiguaré los detalles.
Consideraré si me aportará algo.

En el mercado de verano te llamará la atención un aroma que no conoces. ¿Cómo reaccionarás? Me detengo y observo cuál es su fuente.
Lo intentaré - ¿por qué no?
La recordaré, quizás la encuentre en algún lugar.
Investigaré qué es, pero no la compraré.
Seguiré adelante, pero me quedará en la mente.

Un amigo te dirá: "¡Debes ser más del tipo veraniego!" ¿Cómo lo entiendes? Como un desafío, hay algo en eso.
Como un cumplido, quizás ya lo ve en mí.
Como retroalimentación, que tengo en mente.
Como una broma - cada uno lo piensa de manera diferente.
Como señal de que debería cambiar algo.

Durante una noche de verano, de repente pierdes la señal. ¿Qué harás? Siento que de repente estoy más presente.
Intentaré averiguar qué sucedió, pero no lo estoy resolviendo.
Lo tomaré como una señal: ahora es el momento para mí.
Sentiré alivio: no tengo que resolver nada.
Busco una alternativa – pero con calma.

Noche de verano, silencio, estrellas. ¿Qué pensamiento tienes primero? "Todo es como debe ser."
"Podría cambiar algo."
"¿Quién todavía vigila como yo?"
„¿Qué tan lejos puedo avanzar aún?“
„Quiero recordarlo.“

Imagínate que te esperan 24 horas sin obligaciones. ¿Dónde te encontrarás por la noche? En el lugar que he creado a mi manera.
Entre la gente – pero solo aquellos que me entienden.
En un lugar que no había planeado.
No muy lejos, pero con una sensación de libertad.
Donde sea, lo importante es que me lo he permitido.